La deuda tributaria de una sociedad no se traspasa a los socios, porque es una persona distinta.
Es posible pactar en la enajenación de los derechos, la responsabilidad de los dueños anteriores respecto de cualquier obligación impositiva posterior a la adquisición de los mismos, con o sin garantías”.
Una sociedad es una persona jurídica distinta a la persona de los socios, por lo tanto, no comprende el patrimonio de los socios, sino sólo el patrimonio de la sociedad. Desde esta perspectiva, las deudas de impuestos, tanto como los bienes, son exclusivas de la sociedad (rut para la consulta).
Ahora, si compro acciones o derechos de una sociedad que tiene una deuda de Impuestos con el fisco, debo analizar siempre en qué estado se encuentra, si está con convenio de pago, si es actualmente exigible, incluso si puede estar prescrita o en otra situación que permita, en definitiva, la extinción de la deuda.
El hecho que la deuda se encuentra radicada en el patrimonio social implica que los bienes de la sociedad son susceptibles de embargos y posterior remate, lo que cambia la situación económica de la operación.
En este sentido, lo recomendable es evaluar alternativas distintas, mediante otros mecanismos de enajenación o reorganización que reduzca el riesgo y los costos de la operación.
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También, en el uso de la libertad contractual es posible pactar, en la enajenación de los derechos, la responsabilidad de los dueños anteriores respecto de cualquier obligación impositiva posterior a la adquisición de los mismos, con o sin garantías, de manera que los primeros respondan por los tributos generados mientras eran dueños; lo que en ningún caso liberará a la sociedad de la obligación de pago al fisco, pero sí dejará satisfechos a los nuevos adquirentes, quienes no se perjudicarán con el desembolso obligado, en la medida que los socios anteriores cumplan con lo pactado.